Los frutos secos se caracterizan por tener poco aporte en agua y en hidratos de carbono, pero tienen una gran cantidad de grasas que son más que necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.  Los más consumidos son las almendras, las castañas, las nueces, las avellanas y los pistachos.

Podemos incluir también como frutos secos a consumir a diario: las pepitas de girasol, de calabaza y de sésamo. Pese a ser ricos en grasas y fósforo, los frutos secos no suponen la causa de un aumento de peso excesivo.

Cualquier persona que quiera tener una mejor salud, debe seguir una dieta rica en frutos secos, pero sin pasarse de la cantidad diaria recomendada:  Esta cantidad está en tomar en días alternativos 6 castañas cocidas, 5 nueces o bien un puñado de almendras. Estas cantidades son las que siempre han ofrecido mejores resultados, contrastados con análisis clínicas.

Los frutos secos son una gran fuente de grasas, fósforo y calcio.

¿Cómo se deben consumir?

Preferentemente deben ser tostados y deben estar presentes en nuestra dieta. Pueden ser consumidos en la comida como acompañante de guisos o de ensaladas.

Los frutos secos que suelen dar más alergia son los maníes y las nueces; sin embargo, una persona con alergia a ellos, puede seguir consumiendo almendras, castañas, pistachos, etc.

Abuso de los frutos secos

Pese a que no hay ningún tipo de prueba científica que demuestre que tomar demasiados frutos secos es malo, sí es cierto que estos pueden hacernos engordar un poco, por lo que las personas que estén en dieta por sobrepeso deberán ir con mucho cuidado con el consumo y no pasar de la cantidad que hemos establecido en párrafos anteriores, o bien de la cantidad que el dietista profesional les indique en cada caso.

(Fuente: http://mejorconsalud.com/)