El ajo es un alimento tan popular como conocido, dado que su uso en la cocina es muy habitual cada día en muchas casas del mundo. De hecho, su uso en la cocina se remonta a muchos siglos, de la misma manera que podemos encontrarnos con distintos remedios tradicionales y naturales en los que el ajo se convierte en el ingrediente principal, precisamente por las diferentes cualidades medicinales y propiedades terapéuticas que aporta. Es necesario reseñar que ya el ajo ocupaba un destacadísimo lugar en la alimentación de los hebreos y egipcios. Por poner solo un ejemplo, los egipcios de hecho lo elevaron incluso al rango de divinidad.

El ajo es una especie de planta conocida científicamente con el nombre de Allium sativum. Su bulbo, que en definitiva es una de las partes popularmente más consumidas de esta planta, es también conocida con el mismo nombre. Este bulbo se caracteriza por presentar una piel de color blanca, formado a su vez por una cabeza dividida en gajos, que popularmente son conocidos con el nombre de dientes.

Propiedades del ajo:

Ayuda a reducir los triglicéridos y el colesterol

Si te has hecho un análisis de sangre hace poco y te han diagnosticado niveles altos de colesterol y de triglicéridos (o de alguno  de estos parámetros individualmente), el ajo es un alimento ideal que ayuda a reducir y disminuir los niveles elevados de grasas en la sangre. Esta cualidad la encontramos en la alicina, un compuesto azufrado que encontramos en los ajos.

Pero para que el ajo libere este compuesto es necesario machacarlo o cortarlo. Precisamente la alicina es la responsable de que el ajo sea muy eficaz para disminuir los niveles de colesterol y de triglicéridos.

Buena para la hipertensión arterial

Se diagnostica de hipertensión arterial cuando la presión arterial se sitúa por encima de 140/90 mmHg. También existe lo que médicamente se conoce como pre hipertensión, que es aquella cuando los valores de presión arterial son de  120/80 mmHg o más, pero se sitúa por debajo de 140/90 mmHg.

El consumo regular de ajo es muy interesante en caso de hipertensión arterial, dado que es capaz de disminuir la agregación plaquetaria a la vez que aumenta la actividad fibrinolítica. Es decir, ayuda a mejorar la circulación sanguínea.

Maravilloso antibiótico natural

Conocidas son las propiedades del ajo para, por ejemplo, algunos remedios caseros para la gripe, principalmente por sus importantísimos beneficios al ser un buen antiséptico pulmonar. No en vano, actúa como un maravilloso antibiótico natural por lo que su consumo regular ayuda a la hora de eliminar las bacterias de nuestro organismo.

Por otro lado, es útil para reforzar el sistema inmunológico, siendo muy adecuado cuando necesitamos aumentar las defensas naturales de nuestro organismo. Por este motivo se dice que el ajo ayuda a evitar y prevenir las gripes y los resfriados, así como las infecciones por hongos o bacterias.

Excelente desinfectante intestinal

El ajo actúa como un anti fúngico natural, por lo que se convierte en un maravilloso desinfectante intestinal, siendo útil a la hora de eliminar los parásitos intestinales.

Los beneficios del ajo, en resumen:

El ajo es capaz de disminuir la agregación plaquetaria, aumentando sensiblemente la actividad fibrinolítica, lo que le confieren propiedades antitrombóticas.

Es útil en casos de arteriosclerosis y accidentes vasculares asociados a la misma, al ayudar a bajar el colesterol alto y los triglicéridos altos.

Por todo ello, es destacable reseñar que el ajo mejora la circulación sanguínea, de ahí su acción sumamente beneficiosa y positiva sobre la hipertensión arterial.

Además, sus virtudes terapéuticas se derivan también en que es anti fúngico y un buenísimo desinfectante intestinal, siendo también bacteriostático.

Principalmente sus propiedades se deben a dos sustancias de naturaleza azufrada: el ajoeno y la aliína, los cuales ayudan a prevenir su degradación por los jugos digestivos.

 

(Fuente: http://www.natursan.net/)