Muchos se preguntarán por qué resulta tan nocivo este derivado de la caña, cultivo originario de la India que los españoles introdujeron en América. La respuesta: la sustancia que hoy conocemos como azúcar poco tiene que ver con la planta original.

Se trata sólo de sacarosa «purísima», privada de impurezas, de vitaminas, de minerales, de enzimas y de todo elemento vital.

El azúcar blanco resulta particularmente nocivo para los niños, los ancianos y las mujeres, ya que roba del organismo calcio y sales minerales (sobre todo cromo). Esto sucede pues la sacarosa se une al calcio presente en la sangre, que se elimina por intestinos y riñones. También roba vitaminas y enzimas. De allí que se defina al azúcar blanco como un verdadero «ladrón» del organismo.

El azúcar que se vende habitualmente con el nombre de «rubio» o «moreno», está muy lejos de ser un producto integral o natural, sino que es más bien un producto residual de la fabricación del azúcar blanco, cargado de impurezas y residuos industriales.

Debemos advertir acerca de los azúcares refinados, certificados como orgánicos. Lo que en estos casos se certifica, es el cultivo en su etapa inicial, el cual posteriormente sufre el proceso de refinamiento ya mencionado, por lo que aparecen nuevamente sus consecuencias desagradables.

¿Existe un azúcar integral?

Hay antiguas alternativas que preservan los valores nutritivos del jugo de la caña de azúcar. Un procedimiento (llamado Mascabado) consiste en cocinar el jugo de caña para concentrarlo (evitando su fermentación), obteniéndose un residuo sólido que, molido, da lugar a un verdadero azúcar integral. Este proceso fue introducido en nuestro territorio por los jesuitas. De allí que se difundiera el uso del azúcar mascabo en el sur de Brasil. Misiones en cambio fue perdiendo esa tradición al concentrarse toda la actividad azucarera en Tucumán y al no haber precio del producto.

Por suerte ahora pequeñas cooperativas de agricultores misioneros han vuelto a cultivar la caña, en forma orgánica, incorporándole el valor agregado de la artesanal elaboración del azúcar mascabo. Esta tarea se realiza manualmente con paletas de madera en pailas de cobre y permite disponer de un genuino azúcar integral, que conserva todos los componentes de la caña.

(Fuente: http://organicsa.net/)